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Autor: Julio Flores

¿Quién se llevó el sable del General?

En estos días en que el sable corvo de San Martín tomó tanto protagonismo puede ser interesante recorrer primero la historia de las armas que tuvo desde los once años de edad, cuando comenzó su carrera militar como cadete en el Regimiento de Murcia, mientras estallaba la Revolución Francesa. En su tiempo de formación y de lucha en los ejércitos españoles, el joven debió tener diversas espadas, pero ignoramos sus particularidades. Seguramente las primeras habrán correspondido a las regladas para los regimientos de Murcia, de Voluntarios de Campo Mayor y de Borbón. 

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El agua de la fuente y la rejilla

Después de la creación del collage (Picasso/Braque, 1912), las prácticas funcionalistas artísticas visuales continuaron innovando con el soporte, la materia y los límites materiales de la realización (Duchamp, Étant donnés, 1946–1966). Es asombrosa la diversidad de modos de realización que se incorporó y socializó a partir de entonces a las prácticas artísticas. La multimaterialidad rompió las unidades de tiempo y espacio, de lo extraño y lo familiar, de lo que es consciente y lo que se va cobrando en conciencia.

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Signos para un exterminio

En nuestra mirada sobre toda la producción simbólica visual que llamamos arte, encuentro centenares de realizaciones con las que coincidimos o disentimos desde el punto de vista estético. Es lo primero que evaluamos al mirar esos objetos que aparecen en los libros, museos, fundaciones, galerías, en los talleres y aun en las calles. El otro aspecto, el del relato, el de la representación, lo aceptamos sin cuestionar cuando tiene potencia por lo que es, y en especial por el paratexto, que condiciona la lectura y el valor de la obra.

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Apuntes desde 1806 hasta la Sociedad Rural Argentina

Algunos pueblos originarios de estas pampas se ofrecieron para combatir a los invasores, pero no fueron aceptados por los cabildantes. Los vínculos entre españoles, criollos e indios existían porque los primeros iban anualmente a las Salinas Grandes, a juntar sal y comprar ponchos, plumeros, riendas y ganado, vendían alcohol, cuchillos y textiles, y rescataban de los indios a cautivos y renegados que desertaban. Por otra parte, los caciques venían a la ciudad a comerciar y para hacer visitas protocolares cuando se renovaban los virreyes y gobernadores.

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