(Del Campo de Marte a la Plaza San Martín)

Probablemente el Gral. D. José de San Martín sea el prócer argentino más homenajeado —independientemente de las calles, plazas, ciudades, barrios, escuelas y hospitales que llevan su nombre— en pinturas, grabados y bustos. El segundo monumento histórico construido en Buenos Aires (el primero fue la Pirámide de Mayo) fue el dedicado a San Martín.

En 1860 el gobierno chileno planificaba un homenaje al Gral. San Martín; para ello habían convocado al escultor francés Louis-Joseph Daumas (24.01.1801-22.01.1887, París). Entonces, las Provincias Unidas no quisieron quedar atrás e iniciaron el proyecto de emplazar un monumento antes en Buenos Aires.

Para definir la posición de la escultura se consideraron varios estudios y grabados previos, como el aguafuerte del platero y grabador correntino Manuel Pablo Núñez de Ibarra (Corrientes, 1782-1862 Bs. As.) “El Exmo. Señor Dn. José de San Martín vencedor de San Lorenzo, Chacabuco y Maypo”, y la litografía «Figura ecuestre del Gral. José de San Martín» realizada por Theodore Gericault (Ruan, 26.11.1791- 26.01.1824, París) en 1819. El gobierno argentino decidió emplazar la estatua ecuestre en el Campo de Marte (actual Plaza San Martín), junto a los cuarteles del Retiro, donde había sido creado el Regimiento de Granaderos, y convertir el espacio en paseo público. Con urgencia se constituyó una comisión que desechó la posibilidad de hacer una nueva obra y convocó a Daumas para que replicara la misma figura con dos modificaciones: la mano derecha debía alzarse en lo alto y señalar con su índice, como en la litografía de Gericault —mientras en la escultura chilena sostiene la bandera— y la cola del animal —que en la obra para Chile se encuentra unida al pedestal para asegurar la estabilidad ante los sismos que sacuden Santiago— está suelta hacia el viento. (Toda escultura, además de estar equilibrada, debe sostenerse físicamente.) Esta fue la primera obra en bronce puesta en espacio público en estas tierras.

En abril de 1863 llegó a Buenos Aires la escultura de Daumas y fue entronizada el 13 de julio en el Campo de Marte, embanderado con los símbolos argentinos, ante la presencia de mucho público, tropas de línea y oficiales y soldados veteranos de la guerra de la independencia. El acto fue encabezado por el Gral. Bartolomé Mitre, gobernador de la provincia de Buenos Aires y representante del Gobierno Nacional, quien dio un discurso histórico que anticipó —de alguna manera— la biografía Historia de San Martín y de la Emancipación Sud-americana que escribió en 1869 y fue editada en 1887,  junto con la de Manuel Belgrano: las bases de la llamada “historia mitrista”. Para algunos observadores de la época, el monumento a San Martín recordaba la estatua ecuestre de Luis XIV, ubicada en la Place de Victoires (París, Francia), del escultor François Joseph Bosio (Mónaco, 1768 -Paris, 1845).

El monumento fue realizado siguiendo los cánones estéticos e históricos académicos y representaba a San Martín con su semblante propio de los treinta a cuarenta años, cuando llevó a cabo la campaña libertadora americana. Sereno, de icónicas patillas largas, sombrero falucho y guerrera con faldón prendido al medio, charreteras de general; una banda le cruza el torso y calza botas de granadero con espuelas. El caballo no es el clásico criollo que podría haber encarado semejante patriada. El conjunto de hombre y caballo muestra la dinámica propia del romanticismo, con formas curvas, diagonales en el volumen y en el espacio. Fue instalado sobre un pedestal prismático de mármol blanco, rodeado de una reja con faroles en sus ángulos. En aquella puesta, el monumento de San Martín señalaba hacia el río, al este.

El 19 de diciembre de 1864, la explosión de la santabárbara del Cuartel de Artillería dejó muertos y heridos. En 1881 fueron demolidos los restos de la construcción.

Al llegar 1910, con los fastos del primer Centenario, cambiaron las ideas estéticas predominantes. Por nuestra herencia colonial europea, a mediados del siglo XIX dominaba el clasicismo francés del siglo XVIII, caracterizado por volver a los valores estéticos y filosóficos de la antigüedad clásica, de simplicidad, sobriedad, racionalidad, armonía y mímesis como emulación de la realidad. Esto justificó las ideas de Daumas e incluso el sobrio basamento del monumento. Después de la caída de Napoleón surgió un arte deseoso de imitar la épica napoleónica mientras se restauraba el Antiguo Régimen monárquico, eliminando todas las conquistas políticas e ideológicas conseguidas por la Revolución Francesa. En esta corriente, la representación se apoyaba en un realismo narrativo sobre el pasado histórico. Entonces, el gobierno argentino conservador de principios del siglo XX, con una visión no menos colonizada, reconsideró el monumento al Padre de la Patria, a fin de presentarlo ante los gobernantes del mundo que nos visitarían.

Llegado el Bicentenario, la ciudad de Buenos Aires vio que sólo tenía las esculturas que homenajeaban a los héroes de las obras de Mitre (San Martín, Belgrano y Antonio Díaz, el negro Falucho) y la del político italiano Giuseppe Mazzini, inaugurada en 1878 por Sarmiento, quien compartía con él la misma logia masónica. Entonces, en la disposición de los festejos se planificó realizar homenajes a los héroes de Mayo, y finalmente darle un carácter más épico al monumento a San Martín y celebrar también al Ejército Libertador. (Continuará)

Fuentes

  • Collazo, A. y Vedoya, J. Monumentos: el poder y la gloria. En Crisis nº 27. Buenos Aires. 1975.
  • Magaz, María del Carmen. Escultura y poder en el espacio público. Acervo Ediciones Argentinas. 2007.

“El Exmo. Señor Dn. José de San Martín vencedor de San Lorenzo, Chacabuco y Maypo”. (1818) Aguafuerte del platero y grabador Manuel Pablo Núñez de Ibarra.

 «Figura ecuestre del Gral. José de San Martín» (1819) Litografía iluminada por Theodore Gericault

Fotografía  del Campo de Marte (actual Plaza San Martín), junto a los cuarteles del Retiro. A la izquierda el monumento emplazado mirando hacia el río.

Escultura ecuestre en bronce del Gral José de San Martín emplazada el 13.07.1863. Rodeada de una reja con faroles en sus ángulos. Obra de Louis-Joseph Daumas.

Estatua ecuestre de Luis XIV, ubicada en la Place de Victoires (París, Francia) del escultor François Joseph Bosio.